Del 10 al 14 de mayo, durante la última reunión del Comité Científico Asesor (CCA) de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), las delegaciones de Ecuador y Perú solicitaron el apoyo de la CIAT en la ejecución de proyectos científicos encaminados a la mejora del conocimiento del recurso dorado/perico en el Océano Pacífico Oriental (OPO).
Esta solicitud se realizó a través de una propuesta de plan científico regional de dorado/perico elaborada por el Instituto Público de Acuacultura y Pesca de Ecuador (IPIAP) y el Instituto del Mar del Perú (IMARPE). El jefe de delegación de Ecuador, biólogo Ricardo Perdono, Subsecretario de Recursos Pesqueros, resaltó el esfuerzo que realizaron ambas naciones para coordinar esta acción conjunta y avanzar en el manejo sostenible del dorado:
“El plan científico regional de dorado/perico es el resultado de un esfuerzo colaborativo binacional entre Ecuador y Perú liderado por los institutos de investigación de ambos países, y con la participación tanto de las autoridades pesca como de los actores de la cadena de suministro de este recurso que buscan alcanzar la sostenibilidad del recurso” indicó Ricardo Perdono, Subsecretario de Recursos Pesqueros de Ecuador.
Este proceso participativo regional fue explicado por la delegada de Perú, la Dra. Ana Alegre, funcionaria del IMARPE, quien, durante la presentación de los tres proyectos que incluye este plan, resaltó el involucramiento del sector privado en la promoción de investigación científica sobre este recurso:
“El plan recoge las necesidades de investigación identificadas por productores y procesadores de dorado/perico de Ecuador, Perú y Costa Rica, asociados en el Comité Regional del Mahi-mahi COREMAHI, quienes se han involucrado en el mejoramiento del conocimiento del stock de dorado/perico para garantizar un manejo adecuado de la pesquería en el OPO” enfatizó la Dra. Ana Alegre, funcionaria del IMARPE.
Esta propuesta conjunta de investigación regional solicita el apoyo de la CIAT para los siguientes proyectos de investigación: el establecimiento de un programa de colecta, almacenamiento y difusión de datos biológicos y pesqueros de dorado/perico, el desarrollo de evaluaciones de stock para conocer el estado del stock de dorado/perico, y la realización de un estudio de marcaje para reducir las incertidumbres sobre la estructura del stock. Este último proyecto de marcaje es complementario a un estudio genómico del recurso dorado/perico que actualmente están llevando a cabo el IPIAP, el IMARPE y la autoridad pesquera de Costa Rica (INCOPESCA), con apoyo del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Este estudio, al igual que el diseño del plan científico de dorado/perico cuenta con el apoyo de la ONG Sustainable Fisheries Partnership a través del proyecto interregional Global Marine Commodities que cuenta con el apoyo técnico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y es financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés).
Pese a las limitaciones de la CIAT para apoyar proyectos del recurso dorado/perico, dado su mandato principal como autoridad de manejo regional de atún, el personal científico de la CIAT extendió un ofrecimiento para transferir conocimiento y proveer de asesoramiento, para que los países puedan ejecutar los proyectos de investigación de dorado/perico con sus propios investigadores. Con el fin de materializar este ofrecimiento, el Comité Científico Asesor, aprobó una recomendación que alienta los países de la CIAT a participar en el plan científico propuesto por Ecuador y Perú. Además, se recomendó que el personal de CIAT prepare una propuesta para actualizar la evaluación del stock de Dorado, incluyendo una evaluación de los recursos financieros y humanos adicionales que serían necesarios para su implementación.
La pesquería de dorado/perico es una de las principales pesquerías artesanales de Ecuador y Perú, principales países exportadores de este recurso a nivel mundial. El apoyo de la CIAT para mejorar el conocimiento de su estructura de stock, es clave no solamente para garantizar un manejo adecuado de este recurso, sino también para alcanzar los estándares de sostenibilidad de pesquería exigidos por los mercados Estados Unidos, principal país importador de este recurso.
¿Somos lo que comemos? Probablemente hayamos leído y escuchado en varias ocasiones esta frase y sin querer dar una respuesta categórica a esta pregunta, independientemente de nuestro criterio, podemos encontrar poderosas razones para creer que nuestras decisiones alimentarias, sí determinan de manera importante lo que somos. Nuestros hábitos alimenticios condicionan nuestra salud y estado de ánimo; reflejan las condiciones climáticas que nos influencian, nuestros diversos orígenes y contextos sociales, herencias y factores culturales e históricos; así como demuestra la influencia que tiene el ser humano en el entorno, en el ambiente. Específicamente, la influencia que puede tener en los sistemas productivos y la disponibilidad o no de recursos.
Las Naciones Unidas reconoce el rol que puede desempeñar la gastronomía sostenible, debido a sus vínculos con las tres dimensiones (social, económica y ambiental) del desarrollo sostenible, entre otras cosas promoviendo la seguridad alimentaria, la nutrición, la producción sostenible de alimentos y la conservación de la biodiversidad.
El compromiso de esta sustentabilidad demanda una responsabilidad en la producción y consumo de los alimentos, compromisos que se alinean directamente al logró de los objetivos de desarrollo sostenible 12 y 14 en cumplimiento de la agenda 2030. Esto significa que todas las partes de la cadena de valor: productores, sector privado y público, sector de transporte y cadena de distribución, entre otros actores, deben apoyar el consumo de un producto alimenticio sostenible y además crear vínculos con los productores locales.
Este es uno de los objetivos del proyecto Cadenas Mundiales Sostenibles de Productos del Mar (GMC por sus siglas en inglés), que con el liderazgo del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca y el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), busca incorporar la sostenibilidad en la cadena de valor de productos del mar en cuatro países: Ecuador, Costa Rica, Filipinas e Indonesia.
Se estima, que los medios de vida de más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera. Sin embargo, el 30% de las poblaciones de recursos marinos el mundo está sobreexplotado, alcanzando niveles por debajo del necesario para mantener un rendimiento sostenible.
Adicional a la función de provisión de alimentos que nos brindan los océanos, también cumplen funciones ambientales como regulación de temperatura de la tierra, absorben y mantiene carbono, además de permitir recreación, entre otros. Sin embargo, por influencia antropológica, se estima que los océanos absorben alrededor del 30% del dióxido de carbón generado por actividades humanas, han registrado un 26% de aumento en la acidificación desde el inicio de la revolución industrial, así como un gran incremento de contaminación por plásticos, que está impactando directamente en la diversidad Martina. Según el último reporte de Naciones Unidas se estima que para el 2050 habra más plástico que pescado, si se mantiene el mismo sistema de contaminación.
Todos juntos por la pesca responsable
En este contexto, el Proyecto GMC en Ecuador promueve el involucramiento y compromiso de todos los actores que forman parte de la cadena de valor de la pesca. Como parte de estos esfuerzos, en Ecuador el proyecto impulsa la iniciativa ‘Todos juntos por una pesca responsable’ que tiene como objetivo sumar nuevos aliados para fomentar el consumo responsable de productos del mar.
Este año la iniciativa ‘Todos juntos por una pesca responsable’ realizó la primera salida de campo dirigida a representantes del sector gastronómico interesados en profundizar sus conocimientos sobre el concepto de sostenibilidad y sustentabilidad de productos del mar. Este primer encuentro convocó a reconocidos chefs de Ecuador, entre los cuales asistieron: la chef Milena Diaz, David Picco chef principal del grupo Z restaurantes, Enrique Dalmau chef de La Casa Gangotena, Santiago Granda Director de la Escuela de los Chefs de Guayaquil, el chef Enrique Sempere, Junior Cordova chef y propietario del restaurant Shibumi, Omar Rivadeneira chef y propietario del Resataurant Martinica, Alexander Lau chef y propietario del Resataurant Salsa, y Daniel Flores representante del Grupo Pesca Responsable uno de los principales proveedores de productos del mar en Quito.
En este espacio los participantes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano todos los procesos de regulación, trazabilidad, control y monitoreo que lidera el Viceministerio de Acuacultura y Pesca de Ecuador, a través de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros. Diego Orellana, Coordinador Internacional del Proyecto GMC indicó que “uno de los objetivos principales del proyecto GMC es promover este tipo de espacios de conocimiento, en los cuales todos los involucrados en la cadena de valor conozcan los esfuerzos que conlleva la sostenibilidad de los recursos marinos, de tal manera que cuando lo lleven a sus mesas tenga la seguridad de que provienen de una pesca responsable”.
Parte de la agenda que cumplieron durante esta visita contempló una exploración a la pesquería de atún con caña, una de las pesquerías más ancestrales y sostenibles del país. Esta pesquería es considerada sostenible debido a que su ”arte” (técnica para pescar) posee un alto nivel selectividad de individuos adultos y niveles bajos de captura incidental.
Augusto López, presidente de la Cooperativa Cañeros de Manta, destacó el apoyo e interés del Gobierno y la cooperación internacional por rescatar esta pesquería. “La pesca de atún con caña ofrece un producto ambientalmente responsable y sostenible, además de garantizar una óptima calidad. Es importante reconocer el incremento de consumidores que demandan productos de pesca responsable”.
“Lo que yo busco como chef es tratar de darle lo mejor a mi cliente. Si yo tengo la garantía de que los productos del mar obtenidos de estas pesquerías son extraídos de manera responsable, por supuesto que estoy dispuesto a pagar más por la calidad de estos productos, y estoy seguro de que mi cliente lo va a apreciar”, aseguró Alexander Lau, chef del Restaurante Salsa.
Crear vínculos de mercado con pesquerías que ya cumplan con procesos que aseguran la sostenibilidad de los recursos pesqueros, es otro de los objetivos de esta iniciativa. Para alcanzar este objetivo la visita contó también con la participación de 6 asociaciones de pesca artesanal que forman parte del programa de agregación de valor impulsado por la Subsecretaria de Recursos Pesqueros, a quienes se les proporcionó un espacio para ofertar sus catálogos de productos a fin de crear vínculos de compra directa.Estas asociaciones, que son lideradas principalmente por mujeres, forman parte de las 64 organizaciones que a nivel nacional reciben capacitación periódica para la creación de 30 productos con agregación de valor, generando fuentes de trabajo digno a cerca de 200 mujeres emprendedoras.
Como resultado de este primer acercamiento, la Subsecretaría de Recursos Pesqueros de Ecuador, junto al apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se encuentra en un proceso de búsqueda de aliados para unir esfuerzos que permitan garantizar la creación de procesos de trazabilidad, de tal manera que el sector gastronómico tenga la garantía de recibir pesca legal y responsable.
“Todos juntos por la pesca responsable” es una iniciativa que nace de la necesidad de educar y concientizar a todos quienes forman parte de la cadena de valor de productos del mar. El compromiso de un sector tan importante como lo es el sector gastronómico permitirá promover ampliamente el concepto de sostenibilidad para la protección y conservación de estos recursos.
En los siguientes meses este proyecto, tiene previsto el desarrollo de talleres informativos a nivel nacional sobre los procesos sobre procesos de trazabilidad, control, monitoreo, normativas y reglamentos vigentes que contribuyan a la toma de decisiones basada en el conocimiento para el sector gastronómico. El primer taller contó con la participación de 22 chefs y administradores de restaurants de Quito, quienes manifestaron su interés por seguirse capacitando en temas referentes a la sostenibilidad de los recursos pesqueros a fin de tomar mejores decisiones sobre lo que ofertan en sus cartas.
Richard Cañarte, Técnico Subsecretaría de Recursos Pesqueros.
Tito Navia, Coordinador Nacional del Proyecto GMC en Ecuador.
Carolina Díaz, Especialista en Comunicación, presentación calendario de vedas 2019.
“La disponibilidad y difusión de información relacionada a los periodos de veda, especies en peligro, tipos captura entre otros temas, tallas mínimas entre otros temas son esenciales para el sector gastronómico. Este tipo de conocimiento contribuirá a tomar mejores decisiones acerca de lo ofertan en sus restaurants. En definitiva, el proyecto GMC considera al sector gastronómico y supermercados como aliados estratégicos para promover el consumo de pesca legal y sostenible” añadió Diego Orellana, Coordinador Internacional del Proyecto GMC.
Las mujeres juegan un rol importante en actividades relacionadas con la pesca, ellas están más involucradas en la acuacultura, el procesamiento y mercadeo, aunque también participan en la recolección y captura directa.
En un mundo caracterizado por una alta presencia masculina, encontrar una mujer empresaria, líder y defensora de la causa en el sector pesquero no es asunto fácil. En Costa Rica, donde la industria de la pesca turística y deportiva genera más de 60 mil empleos directos e indirectos, destaca una figura femenina, ágil y empoderada. Jeannette Pérez es una verdadera mujer del mar, ligada a la pesca turística por más de 28 años, y uno de los rostros femeninos que lidera la lucha por asegurar condiciones de sostenibilidad a la pesca en este país centroamericano.
Aunque su pasión y compromiso con la protección del mar no llegó por herencia, sino por otros azares de la vida, Jeannette Pérez es hoy en día una pescadora valiente, empresaria innovadora y líder del sector. Además, es madre y abuela; y confiesa que se siente más segura navegando en un barco de pesca que a bordo de un avión. Ella es una de las pocas mujeres que, no sólo viven directamente de la actividad pesquera en el país, sino que además han asumido con igual entusiasmo un papel protagónico en la defensa de los recursos pesqueros, en particular de aquellos que atraen a turistas de todo el mundo para practicar la pesca deportiva.
Su vínculo con el mundo de la pesca se remonta al año 1989 cuando empezó a trabajar en una empresa turística de pesca deportiva. Pocos años después, y tras el cierre de la compañía que la había empleado, decidió formar su propia empresa: “Tenía que empezar de cero nuevamente, con dos hijos, sin trabajo… y como jefa de hogar. Un amigo me recomendó que impulsara yo mi propio negocio y así fue como conseguí dinero para comprar mi primera embarcación de pesca turística, a la que bautizé como “Sea Lady” o la Dama del mar”. Unos años más tarde ya pude adquirir una segunda embarcación, a la que llamé “Wild Lady” y en este negocio me he mantenido a lo largo de los años”, cuenta.
Así fue como Jeannette descubrió su capacidad emprendedora, su liderazgo y compromiso con la pesca. Según datos de CEPAL, en Costa Rica, apenas un 2% de las mujeres son empresarias, por tanto, no es de extrañar que abrirse camino en este ámbito ha sido difícil. “Aprender a desarrollarme en ese mundo y tener éxito fue uno de los grandes desafíos que enfrenté al integrarme al sector”, afirma.
En Costa Rica, la pesca turística y deportiva es una industria de servicios que genera alrededor de 331 millones de dólares al año y más de 60 mil empleos directos e indirectos. Estos empleos se distribuyen entre trabajos administrativos de hoteles, marinas y atracaderos, labores de apoyo como limpieza, seguridad y mantenimiento y otros que dan soporte a la actividad, como tiendas de insumos, marineros, capitanes, ayudantes de cubierta, mecánicos de embarcación, entre otros. La empresa de Jeannette contribuye a esta economía desde una perspectiva de pequeño negocio en el puerto de Quepos con trabajadores y trabajadoras locales; ofreciendo una visión y enfoque diferenciado frente a la operación turística internacional.
A nivel mundial, fortalecer el papel de la mujer en el mundo de la pesca sigue siendo un reto. A pesar de que Costa Rica es líder en la defensa de igualdad de género en América Latina, todavía hay muchas mujeres en el país que experimentan condiciones desiguales en la pesca, las cuales afectan el ingreso económico de las mujeres y su familia, y limitan sus oportunidades de desarrollo y crecimiento. Las Naciones Unidas abordan desde el Objetivo de Desarrollo Sostenible #5, y que se propone lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, instrumentos como por ejemplo, las directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala de la FAO, que buscan garantizar que las mujeres participen en los procesos de toma de decisiones y puedan acceder a recursos físicos y de capital para desarrollar su propio emprendimiento, con el objetivo de satisfacer sus necesidades y aspiraciones.
Desde hace un año, Jeannette participa activamente en la Plataforma de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos facilitada por PNUD, en la búsqueda de soluciones y propuestas innovadoras para mejorar el desempeño ambiental, económico y social de la pesca de especies como el atún, el dorado, el pez espada, entre otros. Además, lleva también el honor de ser la primera mujer en el país que ha sido nombrada en la Junta Directiva de Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA).
Al igual que otros sectores pesqueros, la pesca turística se ha visto afectada en los últimos años por la reducción en las poblaciones de los grandes pelágicos que como el marlín y el pez vela son los dan el principal sustento a la actividad. “Estamos viendo que hay países ofreciendo más ventajas para turistas y gobiernos que han tomado acciones para proteger los recursos de interés de la pesca turística como son los peces vela y marlín, y eso le ha quitado competitividad a Costa Rica”, asegura esta mujer del mar.
“Siempre la pesca y el mar fueron importantes para Costa Rica, pero en los últimos años la crisis del sector me hizo sentir la necesidad de involucrarme en la gestión de la política pesquera, porque muchas de las decisiones que se tomaban no integraban nuestra visión ni contemplaban nuestras necesidades; por eso, decidí involucrarme en diferentes procesos en la búsqueda de soluciones para nuestros pescadores”, aseguró, Así fue como esta pescadora llegó hace cuatro años a sentarse por primera vez como representante del sector de pesca turística ante la Junta Directiva del INCOPESCA, posición que continúa ocupando hoy en día.
Jeannette Pérez está convencida de la Plataforma Nacional de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos en Costa Rica es el espacio que el país necesita para que todos los sectores de pesca puedan trabajar juntos en construir un plan de trabajo y concertar la ruta que pueda permitir al país sobreponerse a la crisis que la industria en general enfrenta hoy en día. “Estamos estancados y necesitamos avanzar y este puede ser el camino correcto. “Mi esperanza es que lo podamos lograr”, concluye con optimismo.
La Plataforma es liderada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) como ente rector del sector pesquero, junto con INCOPESCA, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medioambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).
" Esto es nuevo para mí. Nunca me imaginé estar aquí al frente de la computadora, gestionando un programa informático como este y le doy gracias a Dios por eso"
Hace apenas dos años, Rafael Acuña era un típico capitán de pesca palangrera. Su vida transcurría la mayor parte del tiempo en alta mar, lidiando con líneas de pesca, anzuelos, tormentas y largas jornadas de trabajo. Así fue casi toda su vida, hasta que por razones familiares tuvo que considerar la necesidad de dejar el oficio y quedarse en tierra.
Fueron momentos de incertidumbre y de búsqueda de opciones laborales. Y ni en el mejor de sus sueños podría haber imaginado el rumbo que la vida le tenía. De casualidad fue convocado a una entrevista para encontrar al capitán que se haría cargo de gestionar el Sistema de Información Oceanográfica para la Pesca, uno de los proyectos de la Plataforma de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos del PNUD.
Rafael fue seleccionado para el trabajo y su vida cambió. Su rol era aportar toda la experiencia de pesca que había acumulado a la largo de 30 años para que el sistema resultara realmente útil para los capitanes en alta mar.
“Esto es nuevo para mí. Nunca me imaginé estar aquí al frente de la computadora, gestionando un programa informático como este y le doy gracias a Dios por eso”, cuenta con sus ojos brillando.
“No es fácil aprender cuando uno es viejo. Estoy haciendo un gran esfuerzo para dar lo mejor. Incluso los capitanes que vienen a pedirme información se sorprenden que esté en esto”, dice.
Fueron necesarias algunas sesiones de capacitación con expertos españoles y franceses y rápidamente alzó vuelo. A partir de ahí todo es prueba y error, y un deseo enorme de descubrir el potencial que la tecnología tiene disponible para los pescadores.
“Una vez recuperada una “vida normal”, como dice, con horario fijo y de almuerzo, sus horas laborales transcurren frente a un monitor con el único propósito de sacarle el mayor provecho a esta experiencia.
Unos meses después de estar involucrado en la iniciativa, Rafael ya maneja el sistema con gran agilidad. Cambió sin problemas el timón por un ratón y desde su mano derecha controla con precisión lo que aparece en la pantalla. Ahora ofrece charlas y hace un trabajo de motiviación para que sus antiguos colegas quieran sumarse al proyecto y hacerlo crecer por el bien de todos.
El Sistema de Información Oceanográfica para Pesca (CATSAT) es un proyecto piloto que se alimenta con la información que los capitanes proveen de sus jornadas de pesca y con base en datos climatológicos, de temperatura y otros similares permite identificar mejores áreas de pesca para la captura de atún, dorado y pez espada.
“Antes de salir de puerto, los capitanes pasan por mi oficina y revisamos juntos las mejores condiciones de pesca. Hemos visto buenos resultados porque de esta forma la pesca se hace más efectiva, se reducen los costos de alisto de las embarcaciones y hasta se beneficia a las familias de pescadores, porque ellos podrán llegar con más frecuencia al Puerto”, nos cuenta.