Mujer de Mar

Jeannette Pérez, Costa Rica
Las mujeres juegan un rol importante en actividades relacionadas con la pesca, ellas están más involucradas en la acuacultura, el procesamiento y mercadeo, aunque también participan en la recolección y captura directa.

En un mundo caracterizado por una alta presencia masculina, encontrar una mujer empresaria, líder y defensora de la causa en el sector pesquero no es asunto fácil.  En Costa Rica, donde la industria de la pesca turística y deportiva genera más de 60 mil empleos directos e indirectos, destaca una figura femenina, ágil y empoderada.  Jeannette Pérez es una verdadera mujer del mar,  ligada a la pesca turística por más de 28 años, y uno de los rostros femeninos que lidera la lucha por asegurar condiciones de sostenibilidad a la pesca en este país centroamericano. 

Aunque su pasión y compromiso con la protección del mar no llegó por herencia, sino por otros azares de la vida, Jeannette Pérez es hoy en día una pescadora valiente, empresaria innovadora y líder del sector. Además, es madre y abuela; y confiesa que se siente más segura navegando en un barco de pesca que a bordo de un avión. Ella es una de las pocas mujeres que, no sólo viven directamente de la actividad pesquera en el país, sino que además han asumido con igual entusiasmo un papel protagónico en la defensa de los recursos pesqueros, en particular de aquellos que atraen a turistas de todo el mundo para practicar la pesca deportiva.

Su vínculo con el mundo de la pesca se remonta al año 1989 cuando empezó a trabajar en una empresa turística de pesca deportiva. Pocos años después, y tras el cierre de la compañía que la había empleado, decidió formar su propia empresa: “Tenía que empezar de cero nuevamente, con dos hijos, sin trabajo… y como jefa de hogar. Un amigo me recomendó que impulsara yo mi propio negocio y así fue como conseguí dinero para comprar mi primera embarcación de pesca turística, a la que bautizé como  “Sea Lady” o  la Dama del mar”.   Unos años más tarde ya pude adquirir una segunda embarcación, a la que llamé “Wild Lady” y en este negocio me he mantenido a lo largo de los años”, cuenta.

Así fue como Jeannette descubrió su capacidad emprendedora, su liderazgo y compromiso con la pesca. Según datos de CEPAL, en Costa Rica, apenas un 2% de las mujeres son empresarias, por tanto, no es de extrañar que abrirse camino en este ámbito ha sido difícil.  “Aprender a desarrollarme en ese mundo y tener éxito fue uno de los grandes desafíos que enfrenté al integrarme al sector”, afirma.

En Costa Rica, la pesca turística y deportiva es una industria de servicios que genera alrededor de 331 millones de dólares al año y más de 60 mil empleos directos e indirectos. Estos empleos se distribuyen entre trabajos administrativos de hoteles, marinas y atracaderos, labores de apoyo como limpieza, seguridad y mantenimiento y otros que dan soporte a la actividad, como tiendas de insumos, marineros, capitanes, ayudantes de cubierta, mecánicos de embarcación, entre otros. La empresa de Jeannette contribuye a esta economía desde una perspectiva de pequeño negocio en el puerto de Quepos con trabajadores y trabajadoras locales; ofreciendo una visión y enfoque diferenciado frente a la operación turística internacional.

A nivel mundial, fortalecer el papel de la mujer en el mundo de la pesca sigue siendo un reto. A pesar de que Costa Rica es líder en la defensa de igualdad de género en América Latina, todavía hay muchas mujeres en el país que experimentan condiciones desiguales en la pesca, las cuales afectan el ingreso económico de las mujeres y su familia, y limitan sus oportunidades de desarrollo y crecimiento. Las Naciones Unidas abordan desde el Objetivo de Desarrollo Sostenible #5, y que se propone lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, instrumentos como por ejemplo, las directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala de la FAO, que buscan  garantizar que las mujeres participen en los procesos de toma de decisiones y puedan acceder a recursos físicos y de capital para desarrollar su propio emprendimiento, con el objetivo de satisfacer sus necesidades y aspiraciones.  

Desde hace un año, Jeannette participa activamente en la Plataforma de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos facilitada por PNUD, en la búsqueda de soluciones y propuestas innovadoras para mejorar el desempeño ambiental, económico y social de la pesca de especies como el atún, el dorado, el pez espada, entre otros. Además,  lleva también el honor de ser la primera mujer en el país que ha sido nombrada en la Junta Directiva de Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA). 

Al igual que otros sectores pesqueros, la pesca turística se ha visto afectada en los últimos años por la reducción en las poblaciones de los grandes pelágicos que como el marlín y el pez vela son los dan el principal sustento a la actividad.  “Estamos viendo que hay países ofreciendo más ventajas para turistas y gobiernos que han tomado acciones para proteger los recursos de interés de la pesca turística como son los peces vela y marlín, y eso le ha quitado competitividad a Costa Rica”, asegura esta mujer del mar.

“Siempre la pesca y el mar fueron importantes para Costa Rica, pero en los últimos años la crisis del sector me hizo sentir la necesidad de involucrarme en la gestión de la política pesquera, porque muchas de las decisiones que se tomaban no integraban nuestra visión ni contemplaban nuestras necesidades; por eso, decidí involucrarme en diferentes procesos en la búsqueda de soluciones para nuestros pescadores”, aseguró,  Así fue como esta pescadora llegó hace cuatro años a sentarse por primera vez como representante del sector de pesca turística ante la Junta Directiva del INCOPESCA, posición que continúa ocupando hoy en día.

Jeannette Pérez está convencida de la Plataforma Nacional de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos en Costa Rica es el espacio que el país necesita para que todos los sectores de pesca puedan trabajar juntos en construir un plan de trabajo y concertar la ruta que pueda permitir al país sobreponerse a la crisis que la industria en general enfrenta hoy en día. “Estamos estancados y necesitamos avanzar y este puede ser el camino correcto.  “Mi esperanza es que lo podamos lograr”, concluye con optimismo.

La Plataforma es liderada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) como ente rector del sector pesquero, junto con INCOPESCA, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medioambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).

De las líneas de pesca a las redes informáticas

" Esto es nuevo para mí. Nunca me imaginé estar aquí al frente de la computadora, gestionando un programa informático como este y le doy gracias a Dios por eso"

Hace apenas dos años, Rafael Acuña era un típico capitán de pesca palangrera.  Su vida transcurría la mayor parte del tiempo en alta mar, lidiando con líneas de pesca, anzuelos, tormentas y largas jornadas de trabajo. Así fue casi toda su vida, hasta que por razones familiares tuvo que considerar la necesidad de dejar el oficio y quedarse en tierra.

Fueron momentos de incertidumbre y de búsqueda de opciones laborales. Y ni en el mejor de sus sueños podría haber imaginado el rumbo que la vida le tenía.  De casualidad fue convocado a una entrevista para encontrar al capitán que se haría cargo de gestionar el Sistema de Información Oceanográfica para la Pesca, uno de los proyectos de la Plataforma de Pesquerías Sostenibles de Grandes Pelágicos del PNUD.

Rafael fue seleccionado para el trabajo y su vida cambió.  Su rol era aportar toda la experiencia de pesca que había acumulado a la largo de 30 años para que el sistema resultara realmente útil para los capitanes en alta mar.

“Esto es nuevo para mí.  Nunca me imaginé estar aquí al frente de la computadora, gestionando un programa informático como este y le doy gracias a Dios por eso”, cuenta con sus ojos brillando.

“No es fácil aprender cuando uno es viejo. Estoy haciendo un gran esfuerzo para dar lo mejor. Incluso  los capitanes que vienen a pedirme información se sorprenden que esté en esto”, dice.

Fueron necesarias algunas sesiones de capacitación con expertos españoles y franceses y rápidamente alzó vuelo.  A partir de ahí todo es prueba y error, y un deseo enorme de descubrir el potencial que la tecnología tiene disponible para los pescadores.

“Una vez recuperada una “vida normal”, como dice, con horario fijo y de almuerzo, sus horas laborales transcurren frente a un monitor con el único propósito de sacarle el mayor provecho a esta experiencia.

Unos meses después de estar involucrado en la iniciativa, Rafael ya maneja el sistema con gran agilidad. Cambió sin problemas el timón por un ratón y desde su mano derecha controla con precisión lo que aparece en la pantalla.   Ahora ofrece charlas y hace un trabajo de motiviación para que sus antiguos colegas quieran sumarse al proyecto y hacerlo crecer por el bien de todos.

El Sistema de Información Oceanográfica para Pesca (CATSAT) es un proyecto piloto que se alimenta con la información que los capitanes proveen de sus jornadas de pesca  y con base en datos climatológicos, de temperatura y otros similares permite identificar mejores áreas de pesca para la captura de atún, dorado y pez espada.

“Antes de salir de puerto, los capitanes pasan por mi oficina y revisamos juntos las mejores condiciones de pesca.  Hemos visto buenos resultados porque de esta forma la pesca se hace más efectiva, se reducen los costos de alisto de las embarcaciones y hasta se beneficia a las familias de pescadores, porque ellos podrán llegar con más frecuencia al Puerto”, nos cuenta.

Rafael Acuña